La Cantina del Ateneo - Madrid, Madrid

Angel Garcia Lacuesta

Buena ejecución de los productos. Las patatas revolconas co torreznos de Soria, muy ricas, croquetas muy suaves, sobrasada muy rica, los principales muy elaborados, el bacalao tiznado sabrosísimo, merluza en su punto y lasaña de rabo de toro, muy trabajada. El remate con el postre de torrija casera, un postre de mandarina refrescante y tarta de queso muy suave. Carta de vinos muy escogidos, a muy buen precio

Marisa Duran

Servicio rápido y atento. Comimos a primera hora (13:30) y habiendo reservado con dos semanas de antelación.
Queríamos probar el famoso cocido de los viernes, sopa con muy buen sabor y te dejan para que te sirvas lo que consideres, cuando trajeron los garbanzos la dejaron también por si querías comerlos con caldo.
Carne deshuesada y garbanzos pedrosjllanos de tamaño que a mi me gustan, la morcilla un poco fuerte, pero eso si, tanto la cantidad de garbanzos como de la carne de acompañamiento no es mucha, yo normalmente no me acabo los garbanzos y esta vez si lo hice.
En el centro de Madrid, no hace falta ir con coche, hay variedad de opciones para ir en transporte público, recomendado.
Habrá que volver para probar sus otras opciones.
El precio del cocido por persona incluye la bebida y el postre.

Mireia Solà Llort

Fuimos a comer por un artículo del País y el cocido en sí, nos pareció muy caro. Estaba bien pero tampoco para ese precio. Pagamos 38€ por persona.

La chica que nos atendió, muy simpática y eficiente.

En breve voy a cenar.. quizás fiera del cocido estará nmejor.

Buen ambiente

Arancha

Estuvimos para comer allí y la comida es buena, comimos merluza en salsa verde y carrillada, el pescado estaba mejor que la carne. También comimos entrantes y estaban bien.
El lugar es mono, limpio y decorado con gusto.
El local está a 1 minuto andando del Congreso de los Diputados, hay parking cerca, es zona verde en la calle y muchas opciones para llegar en transporte público.
El ambiente es muy bueno, se come tranquilo. Se puede reservar.
Pero lo mejor es el personal, en concreto el chico que nos atendió, muy amable y detallista.

Daniel Garcia

Otra vez, un acierto de sitio.
A pesar de la cercanía al hemiciclo de los próceres representantes de la soberanía popular, los precios son buenos (se ve que la mayoría de los clientes pagan de su bolsillo).
Un local con encanto y una decoración “simpática” (dejo los tecnicismos para las expertas).
Todo estaba bueno y la atención no estuvo mal, a pesar de tener la carta “en reconstrucción” (todavía no han hecho la transformación digital).
Por poner alguna pega, un comensal se quejó de que la plantilla de camareros no era paritaria; demasiado hetero-patriarcal. A alguno le gusta también alimentar la vista, por lo visto.
De todos modos, volveremos en cuanto podamos. Recomendable.

G. Bilan

El Ateneo de Madrid acoge a esta Cantina del Ateneo donde ahora se puede disfrutar de su cocina e incluso de una zona club donde tomar copas. Aún se conserva y su magnífica biblioteca. Tiene un ambiente Informal, de moda y Cosmopolita. Su decoración sobria y elegante deja paso a las distintas salas y espacios donde se puede comer cómodamente. Si no hay mucho público, es posible que os enseñen el acceso al Ateneo, la magnífica escalera y sobre todo la Biblioteca que merece una visita por sí misma. Solo fuimos por unas copas y seguro volveré para probar su carta.

Tommy De Zaragoza

Pasamos por la puerta y entramos tarde, con prisa, pensando que era una cafetería. Agradable sorpresa. Estaba casi vacío. El local, elegante y acogedor. Los platos, exquisitos de verdad. El camarero, atento, educado, profesional, pendiente pero sin agobiar. El precio... no es barato pero lo compensan con los platos y la atención.

JULIAN PEDROCHE

Los platos no llegaron muy calientes, como si se hubieran olvidado, se notaba que les falta algo de experiencia en el servicio. El restaurante es agradable, y el trato correcto. El precio algo elevado para la impresión que te llevas. Nos gustó la torrija con salsa de yogur y helado, también el detalle último de invitarnos a un licor.